Napoleón Quedó Aterrorizado luego de dormir en la Pirámide
Napoleón quedó aterrorizado luego de dormir en la Gran pirámide. Pasó 7 horas en la cámara del rey y su mente registró las más escalofriantes escenas de terror.
Napoleón Durmió toda una noche en la Gran pirámide
La Gran pirámide de keops, en Egipto, sigue revelando secretos en sus imponentes 146 m de altura. Luego de que se realizará un escaneado de la construcción se identificó la locación de una nueva cámara que hasta el momento estaba oculta.
Este análisis científico confirma lo que Napoleón Bonaparte intuyó tras haber pasado la noche dentro del monumento. El misterio impregna cada uno de sus rincones.
La Historia
Tras sus éxitos en Italia, la ambición de Napoleón Bonaparte crecía a pasos agigantados. En medio de todo esto, en 1798, la República francesa Ie confió la conquista de Egipto, una campaña que acabó en fracaso militar. Eso sí, logró una gran victoria cultural.
Napoleón no se embarcó solo con 30.000 soldados a los que arengó frente a las Pirámides: llevó también una tropa de unos 150 sabios encargados de investigar la historia, la naturaleza y la geografía del país del Nilo. “Desde estos monumentos cuarenta siglos de historia los contemplan”, aseguran que dijo el militar en aquel momento.
El resultado fue la obra “Description de Egypte” («Descripción de Egipto»). Además, el destino quiso que uno de sus tenientes descubriera la piedra Rosetta, la pieza clave para que Jean-Frangois Champollion logre descifrar más tarde los jeroglíficos.
La cámara del rey
Antes del regreso a Francia (tras pasar incluso por Nazaret), Napoleón sorprendió a sus hombres con un extraño aviso: iba pasar una noche completamente solo en el interior de la Gran Pirámide, la última morada del gran faraón Keops.
Con el objetivo de liberar Egipto de las manos turcas, el general desembarcó el país durante el verano de 1798 con más de treinta mil soldados franceses poniéndose por objetivo avanzar en dirección a Siria. El joven Napoleón perseguía algo más que objetivos militares y se llevó a los mejores científicos de su generación para que estudiaran al detalle aquel lugar extraordinario.
El Gran Corso regresó a El Cairo y pasó la noche en el interior de La Pirámide de Keops. Su séquito lo acompañó hasta la Cámara del Rey, la habitación noble,“ queen aquella época era de difícil acceso, con pasadizos que no llegaban al metro y medio, y sin ningún tipo de iluminación más allá de las antorchas. Luego de siete . horas salió de la laberintica estructura, pálido y asustado. Pero nunca logró explicar que había ocurrido allí dentro.
La Cámara del Rey es una sala rectangular de unos 10 metros de largo y 5 metros de ancho conformado con paredes y techo lisos, sin decoración, y únicamente contiene un sarcófago vacío de granito, sin inscripciones, depositado allí durante la construcción de la pirámide, puesto que es más ancho que los pasadizos.
Lo que Vio Napoleón
Bonaparte pasó siete horas rodeado solo de murciélagos, ratas y escorpiones en la pirámide. Justo al amanecer, brotó de la laberintica estructura, pálido y asustado. A las preguntas de inquietud de sus hombres de confianza sobre lo que había ocurrido allí dentro, Napoleón respondió con un enigmático: “Aunque os lo contara no me ibais a creer".
Resulta imposible saber qué es lo que vio o sintió exactamente Napoleón en esas siete horas, o incluso si el episodio llegó a tener lugar, aunque parece probable que en todo caso el corso creyera sufrir alguna clase de experiencia mística inducida por la soledad, la oscuridad, las temperaturas extremas y los ruidos comunes que distorsiona el eco. Lo que está claro es que la noche de Napoleón dentro de Ia Gran Pirámide pareció Cambiar su carácter para siempre. Pese a regresar derrotado militarmente a Francia, Bonaparte despegó políticamente en los siguientes meses.
Según explica un portal, «Bonaparte quiso quedarse solo en la Cámara del Rey, como hiciera Alejandro Magno, según se decía, antes que él». Obsesionado durante toda su carrera con otros personajes históricos claves, Napoleón trató de emular las huellas del conquistador Alejandro Magno y del general romano Julio César, que supuestamente habían pasado también una noche en la cámara buscándose a sí mismos.
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